La locura colectiva, parte I: la ideología de género

En el presente artículo se pretende tratar la ideología de género, procedemos a hacer un desmontaje sistemático de los argumentos falaces y superficiales en los que los medios de comunicación masivos sustentan esta creencia.

Dos preguntas naturales son, qué es exactamente la ideología de género y quién es su principal creador. La ideología de género, cuya definición popular es esencialmente la divulgada por los medios de desinformación masiva, propone un enfoque completamente distinto de la realidad basada en el concepto de género, el cuál propone que es el regulador de las interacciones sociológicas.

Es conveniente estudiar verdaderamente de dónde y cómo surge esta idea. Una de las primeras personas en proponer esta teoría fue el psicólogo neozelandés John Money, aunque hay quien se la atribuye a Magnus Hirschfeld.

Money defendía que las diferencias en los roles sociales de los hombres y las mujeres no tenían un fundamento biológico, sino que simplemente se debían a los estándares a los que sometemos a hombres y mujeres desde el nacimiento.

Para él, lo importante era el género, que es simplemente un estado mental. Una tesis aparentemente inocente pero que tiene unas consecuencias ideológicas  lamentables, como veremos más adelante.

En 1965, con el nacimiento de los gemelos Reimer, a Money se le presentó una oportunidad de oro para comprobar sus tesis. Los gemelos canadienses iban a ser sujetos a una crueldad enorme por parte de Money a raíz de un accidente. Cuando David Reimer iba a ser circuncidado justo después de su hermano Brian, la máquina falló y fue mutilado. Ante esta tragedia, Money reconoció a los perfectos sujetos de control. Money convenció a los padres de David de criarlo como si fuera una mujer, y de cambiarle el nombre a Brenda. Durante su infancia, forzó a David y a Brian a hacer juegos sexuales como parte de sus experimentos, pero dejó de seguir el caso y a pesar de haber sido muy mediático durante años no se supo nada.

El doctor Milton Diamond, de Hawai, no convencido del experimento, localizó a David (Brenda), y concluyó que era un hombre atrapado en el cuerpo de una mujer, es decir, el experimento había sido un fracaso. Milton publicó un artículo al respecto, destrozando la credibilidad de Money que fue acusado de encubrimiento.

David, después de enterarse de la verdad, volvió a presentarse como un hombre después de una operación de cambio de sexo, de hecho recomendamos al lector que escuchen su entrevista, fácil de encontrar en youtube, en la que relata como de pequeño no quería sentarse a jugar con las niñas ni con las muñecas que se le daban, si no que quería siempre jugar con los niños, como siempre se sintió fuera de lugar.

David acabó suicidándose, y su hermano Brian acabó muriendo de sobredosis con secuelas psicológicas del abuso al que fueron sometidos. El propio experimento de Money, en el que abusó gravemente de dos niños arruinándoles la vida, demuestra que sus propias tesis eran incorrectas. La biología es la clave en la distinción entre las labores que realizamos los hombres y las mujeres, en nuestros gustos y tendencias, por eso durante una década encubrió su resultado, y por suerte un hombre honesto, el doctor Milton Diamond, sacó a la luz la verdad de este fraude.

Cuando estudiamos los orígenes de las tesis de la ideología de género, observamos que sus propios creadores llevaron a cabo experimentos que demuestran su falsedad pero a pesar de todo ello, hay un gran contingente de personas en la sociedad que la defienden a capa y espada desde el desconocimiento de su historia.

 Dejemos ahora de lado la historia y centrémonos en la teoría. Cómo hemos mencionado, esencialmente se defiende la primacía del género, y no del sexo para entender las interacciones sociales. La primera pregunta es, exactamente qué es el género, ya que es la piedra angular sobre la que se sustenta la ideología cabría esperar una definición sólida de dicho concepto.

Cuando el lector le haga esa pregunta a un adscrito a esta ideología, recibirá una respuesta similar a la siguiente: el género hace referencia a los roles, comportamientos, expectativas y normas asociadas a las identidades de género, como masculino y femenino, y cómo estas construcciones sociales afectan a los individuos.

Analicemos esta definición que tristemente es muy común, o al menos derivados de ella. Comenzando por el final, la idea de que lo masculino y lo femenino son construcciones sociales es echar por tierra el trabajo de decenas de miles de psicólogos, por ejemplo, en relación a la agresividad. La agresividad es una característica principalmente masculina porque se encuentra en mayor frecuencia en hombres, esto se puede ver en varios estudios como por ejemplo, Brain Development and Physical aggression de Lise Eliot publicado en el University of Chicago Press Journals, de la misma manera que existen cualidades más comunes en mujeres.

Llamar constructo social, que no son más que grandes palabras vacías de significado, a observaciones sobre la distribución estadística de cualidades entre hombres y mujeres es ridículo, es operar desde el desconocimiento absoluto y negar el trabajo de miles de psicólogos, sociólogos y profesionales

Otras preguntas de difícil respuesta serían exactamente cuántos géneros hay, y cuáles son los comportamientos asociados a dichos géneros, porque de no poder producirlos, una persona no puede de manera objetiva saber cuál es su identidad de género, únicamente de manera subjetiva porque no tiene nada con lo que contrastarlo, cómo va a saber cuáles son los comportamientos naturales y roles que se corresponden a su identidad de género si nadie puede definir cuántos géneros hay y a qué roles corresponde cada uno.

Con lo cuál partimos de un marco de entendimiento que defiende la primacía del género en lugar del sexo para entender las relaciones humanas, concepto que es axiomático, no puede ser probado, es completamente subjetivo, completamente probabilístico a la hora de hacer inferencias ya que cada persona lo define como quiera por ende, cualquier teoría para explicar interacciones que se sustente en dicho concepto estará irremediablemente equivocada.

Ahora bien, los errores de esto no serían mayúsculos ya que, a pesar de que el concepto es francamente ridículo, para la amplia mayoría de personas del planeta Tierra su identidad de género y su sexo coinciden. El único motivo por el cuál el uso no es un suicidio matemático, es por la alta correlación entre sexo y género, de lo contrario se introduciría un enorme error (que se ve mitigado por la mencionada correlación) en los cálculos y sería un procedimiento completamente anticientífico.

La popularización de esta ideología es una enorme ignominia, un insulto a la razón, pero podría simplemente quedarse ahí si no se pretendiese expandir a todos los ámbitos de la esfera pública.

Todos los problemas de esta definición subyacen en el hecho de que es una definición circular, recursiva, no tiene un punto de partida, esencialmente el género son los roles y expectativas de la identidad de género, y la identidad de género es el género.

Los adscritos a esta ideología no niegan la evidencia científica de la existencia del sexo, la biología es totalmente clara, biología que se aprende con 10 años, los cromosomas no son debatibles. No niegan la existencia del sexo, y la gran mayoría no niegan la existencia de diferencias biológicas entre hombres y mujeres, pero sugieren que los mecanismos que existen en la sociedad basados en las diferencias entre sexos sean sustituidos por diferencias en género como los baños diferenciados en sexo, lo cual es de una absurdez mayúscula, ilustrémoslo con un ejemplo.

Recordemos que el género es un conjunto de roles y expectativas asociadas a una identidad de género, consideremos una mujer jugadora de hockey sobre hierba en Estados Unidos, un deporte que en ese país es practicado mayoritariamente por mujeres. Si esta mujer viaja a la India, el rol que esa mujer hace, pasará de ser el de un hombre, porque el hockey sobre hierba es un deporte mayoritariamente masculino, por ende, siguiendo esta lógica la mujer deberá cambiarse en el vestuario femenino en Estados Unidos pero se convertirá mágicamente en un hombre cuando viaje a la India.

Estimado lector, no dude nunca en defender sus principios y no ceda ni un milímetro ante la locura colectiva. La verdad y el sentido común lo merecen y sus hijos y sus nietos lo agradecerán.
Tenga valor.

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